lunes, 24 de enero de 2011

El Tramontana

Sopla viento con olor a gasolina.

En este nuevo blog automovilístico "VayaCoche", destacaremos por nuestro rigor y profesionalidad, otorgada por la calidad de nuestros grandes colaboradores entre los que encontramos: gente sin permiso de conducir, ecologistas anticontaminación, cocineros de comida rápida y... ¡hasta un perro!

Hoy empezaremos con un vehiculo hecho en casa. Éste no es, ni mas ni menos que, el Tramontana, una espectacular mezcla entre caza de combate y mono plaza de fórmula uno.
Este vehículo único se fabrica artesanalmente en los parajes de la costa brava, de dónde recibe el nombre del popular viento que sopla en esas tierras; Tramuntana.
Podemos decir que la preciosidad no se queda a fuera del olimpo de los superdeportitos, ya que dispone de un motor V 12 biturbo de cinco litros i medio con una potencia máxima de 720 CV. Y si, digo máxima por qué dispone de un selector que permite al conductor dejar unos cuantos caballos en la cuadra para una conducción mas civilizada con “solo” 550 CV. El par motor no se queda corto con 920 Nm en su máximo esplendor y 900 Nm en el modo “light”. Este motor va unido a una transmisión secuencial de seis velocidades de competición y que su conjunto hace de refuerzo a un chasis y carrocería de fibra de carbono con un peso total de tan solo 1.364 Kg. Como resultado de la mezcla, se obtiene una aceleración de 3,6 segundos de cero a cien y unas velocidades que superan los 300 Km/h.


En lo que respeta su estética podríamos decir que parece mas un concept car o un coche salido de una película de ciencia ficción al estilo “yo, robot” o “minority report” que cualquier otro vehículo que se encuentre en el mercado actual, salvo excepciones como Ariel Atoms al que ya le dedicaremos un articulo. Su diseño esta inspirado en la aviación y los monoplazas de carreras y de estos dos mundos saca su poco usual distribución interior. Con capacidad de dos ocupantes, como en la mayoría de superdeportitos, en posición longitudinal, y aquí es donde marca la diferencia, encontramos un habitáculo más espacioso de lo que algunos pueden pensar. Eso si, sus ocupantes no se libraran de tener que hacer alguna que otra pirueta para poder entrar. La “cabina” del conductor, ya que tanto el volante como la palanca de cambios están inspirados en los mandos de control y propulsión de una aeronave, pose todos los elementos indispensables en un vehículo de su categoría. Empezando por el display central que realiza la función de tacómetro, velocímetro y provee al conductor de toda la información indispensable para manejar el vehículo, pasando a los controles para el aire acondicionado, el control de tracción (regulable en cuatro posiciones) y el “switch” para la domar la potencia del motor que se encuentran a ambos lados de la pantalla. Por lo que respeta a pasajero tenemos que tener claro que este es un coche claramente destinado al placer de conducir y, por tanto, este queda relegado a un segundo plano. Aun así el interior de este vehículo puede ser totalmente personalizado por el cliente, ya que cada unidad se hace a medida de sus exigencias.



A todo este acabado de ensueño se le tiene que añadir frenos cerámicos ventilados de 380mm con pinzas de 6 pistones delante y detrás, ABS, llantas de 20 pulgadas de carbono y magnesio equipadas con gomas de 245/35 y 235/30 en los respectivos ejes.

En definitiva una obra maestra de la ingeniería, que además lleva el sello “made in Spain”, de nada menos que un precio base de alrededor de 650.000€ y a partir de aquí, dependiendo de lo densa que sea la cartera de cada uno, se le añaden todos los elementos que uno pueda imaginar.

Aquí acaba esta primera edición de “Vaya coche!”, espero que les haya gustado y que como mínimo se hayan distraído mientras se cargaba algún video de youtube o megavideo (que ya nos conocemos). Ahh, por cierto lo que he mencionado de los colaboradores al principio es falso, solo hay un perro y justamente ahora me esta pidiendo salir a hacer sus necesidades.

Que vaya bien y a disfrutar de la carretera.

Agustí.

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